Uno de los imanes turísticos del país del Realismo Mágico es el conocido “Eje Cafetero”. Una zona verde salpicada por encantadoras ciudades y poblados, rodeado por cafetales y reservas naturales y que abarca, principalmente, tres departamentos: Quindío, Caldas y Risaralda y sus ciudades capitales respectivas –que son las más conocidas-: Armenia, Manizales y Pereira.
El Eje Cafetero se localiza en el centro del occidente de Colombia y forma parte de la región andina, sobre las cordilleras Occidental y Central.9
Las condiciones climáticas son desde los (-8°C en los Nevados y a 29°C en los Valles, como el del Risaralda), (bosque tropical andino), y geológicas de esta región, determinan la producción de un café de alta calidad, con periodos de cosecha relativamente cortos. Los campesinos de la zona han desarrollado técnicas de cultivo, recolección y procesamiento del grano, y todo hecho “grano por grano”, y han conservado esta forma de procesar la industria pese a las nuevas técnicas de la industrialización agrícola masiva.
El Eje cafetero colombiano debe su bienaventuranza al café. La región, con el legado paisa ha creado una identidad propia en sus costumbres actuales, y con ella ha desarrollado una cultura turística encomiable. Con una arquitectura colorida y sui generis, esta región ofrece a los visitantes peculiaridades
Un caso curioso es la masiva utilización tradicional de los vehículos Jeep Willys norteamericanos de la época de la Segunda Guerra Mundial. Estos Willys pueden verse por todas partes como elementos de transporte de personas y carga. Esta particular tradición ha llegado incluso a inventar palabras típicas del Eje, como el “jeepao” o Yipao, que se refiere a la cantidad de cosas que uno de estos Willys puede transportar, de la misma manera como al contenido de un costal se le llama en Colombia "un costalao" (costal lleno de cosas).
El rasgo más importante de este industria turística (“Agroturismo”) es que está basado en la oferta de hoteles autóctonos de la región, con identidad propia de los cafetaleros de la zona. Muchas haciendas y casonas tradicionales rurales, con actividades normales del campo, han sido acondicionadas para servir de alojamiento y hospedaje para muchos turistas, las cuales poseen definidos rasgos de originalidad y belleza, en hoteles llenos de vida y tradiciones de los primeros colonos antioqueños, con cafetales llenos de historia y de colorido, con chapoleras capacitadas "empiricamente", para la recolección del café.
Los amantes de la naturaleza, especialmente de la montaña pacífica, habitable e invitante, y de los negocios vinculados al sector agroindustrial y agropecuario, encontrarán en las haciendas cómodos alojamientos y lo más exclusivo de la gastronomía de la región. Además, programaciones para efectuar recorridos por los cafetales. También cabalgatas y aventuras turísticas por los alrededores y poblaciones cercanas.